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El cuero cabelludo y la piel tienen un pH ligeramente ácido, generalmente entre 4.5 y 5.5. Mantener este equilibrio es esencial para que el cabello no se vuelva quebradizo y para que la piel no se reseque ni se vuelva grasa.
Muchos productos de belleza, como shampoos, jabones y limpiadores, tienen un pH más alcalino, lo que puede desbalancear la barrera natural de la piel y el cabello, haciéndolos más propensos a problemas como irritación, sequedad o grasitud.

Utilizar productos que sean pH balanceados, es decir, aquellos que respetan el pH natural de la piel y el cabello, puede marcar una gran diferencia en el aspecto y la salud general. Esto es especialmente importante si una persona tiene cabello teñido, cuero cabelludo sensible o piel propensa al acné.